domingo, 27 de enero de 2013

Reminiscencia

      <<Recuerdo ese día como si fuera ayer, imposible de olvidar.>>
      Tan solo fue un pequeño momento, pero tu sonrisa, tu mesura hizo que indagara, quise negarme, pero no podía... una sensación extraña invadía mi cuerpo. Fue tu mirada la que me cautivo, esa mirada penetrante, directa a mis ojos, a mi complexión.
      Notaba como un gran impacto de emociones chocaban una y otra vez en nuestros organismos. Una atracción que no supimos controlar, que nos hizo caer al borde de la locura.
      <<Recuerdo ese día como si fuera ayer, imposible de olvidar.>>
      Unos segundos, una pequeña conversación interesante pero falsa, pero fue tu temperamento lo que me atrajo, no quise sacar bandera blanca ante tu poder de seducción, pero no tenía más fuerzas, me rendí y me ganaste.
      Caí presa del embrujo de la noche, y también de tus besos, tus caricias y tus abrazos.
      <<Recuerdo ese día como si fuera ayer, imposible de olvidar.>>
      Fueron las circunstancias del momento, rendida me deposite ante ti, razonamientos incesantes invadían mi entendimiento, quise marcharme en varías ocasiones, sin embargo esta fuerza era mayor, me quedé impregnada de ti y tu de mi.
¿Quizás el destino o una simple casualidad?

miércoles, 9 de enero de 2013

Notas de un suicidio premeditado


      Sentado en su sillón de piel negro, escribía lo que iba a ser sus últimos días. Completamente aturdido y ausente por el gran dolor que sentía en su corazón.
      En un papel con bolígrafo azul, anotaba todos los pasos a seguir, junto una bellísima carta con olor a azahara, dedicada a una gran persona, pues una enfermedad mortal acabó con ella.
      Pasaron los días, y como había anotado, se hallaba dentro de una bañera, llena de agua, únicamente sobresalía sus brazos, parte del pecho y su rostro apenado, entristecido, infausto, lamentable...
      Iba a seguir un método bien conocido. Había estudiado cada uno de los pasos para que este fuera eficaz.
     Cogió una de sus viejas cuchillas oxidadas de afeitar. Comenzó a introducirla en su débil y húmeda piel, por la zona de la muñeca izquierda... desgarrandose así la piel y la carne hasta que llegó a la vena; comenzó a cortarse en el mismo sentido en el que se dirigían estos vasos sanguíneos, produciendole una mayor hemorragia y acelerando le la muerte... entretanto, el agua iba cubriendose de un rojo oscuro.
      Su cuerpo, ya sin vida, se sumergió; cerca de la bañera, mientras el agua iba cayendo en dirección al suelo, se encontraba la carta con olor a azahara.