domingo, 7 de octubre de 2012

La conferencia

       Tenía  una mirada fría y penetrante, era bastante corpulento y la gente le miraba al pasar, incluso le temía.
       Desde pequeño su sueño era ser reconocido por la sociedad, buscaba la fama por medio del pensamiento, ser un gran maestro, soñaba con dar clases magistrales ante un centenar de personas y que al final de cada una de esas clases su público le aplaudiera y le felicitara.
       Su pensamiento seguía en la linea de Schopenhauer que tras hacer una lectura profunda de su obra "Voluntad de Vivir", se identificó como discípulo de este, compartiendo la idea de que "Este mundo es el peor de los mundos posibles"
       Nunca fue capaz de abandonar su sueño. Se había dedicado toda su vida a hacer una serie de aportaciones dentro del mundo de la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje
       Tenía 54 años cuando por fin fue citado para dar una gran conferencia acerca de: "El pensamiento de los antiguos y los modernos". Realmente para él debía ser esta conferencia como dar una de esas clases magistrales que daba en la universidad delante de sus cientos de alumnos; pero sabía que esta conferencia iba a ser distinta, en esta ocasión se dirigía ante miles de personas llegadas de todos los confines de la tierra para escucharle, admirarle y aplaudirle, esa idea le hacía sentir cierto nerviosismo e inquietud, por fin podía hacer su sueño realidad.
       Llegó el momento, se levantó de la 2ª butaca de la primera fila donde se encontraba, y lentamente se acercaba al gran escenario, oyendo de fondo los aplausos de un público expectante que lo recibía con entusiasmo, no se creía que el cupo del foro limitado, ni esa muchedumbre de gente fuera por él, era el momento en el que se iba hacer realidad su sueño utópico.
       Se encontraba delante del atril, los aplausos cesaron, un gran foco le iluminaba haciendo que la gran sala permaneciera a oscuras, cuando una serie de escalofríos empezó a recorrer su cuerpo, quiso abrir la boca para hablar pero no pudo, se quedó totalmente inmóvil, notó como la gente se alborotaba, intentaba pedir silencio en la sala pues quería comenzar el discurso que tanto tiempo había dedicado, pero no le era posible, una fuerza superior se lo impedía.
       Notó un fuerte golpe en la cabeza al mismo tiempo que su corazón dejaba de latir, mientras su mirada fría se centró en una vela inhóspita que se desvanecía detrás del escenario, viendo como la llama la consumia hasta llegar a su fin. Su cuerpo yacía en el suelo, su ánima en el centro del escenario dando La Conferencia