viernes, 2 de noviembre de 2012

Hacia la búsqueda de la felicidad 1

        Antes de que aterrizasen en nuestras vidas autores de bestsellers de autoayuda, los filósofos ya ejercían de consejeros para superar las complejidades de la vida cotidiana.
        Entre los pensadores presócraticos, padres fundadores de la filosofía occidental, surge ya el ideal de buscar la felicidad y, confrontados a una civilización donde la mitología propone dioses excesivos (grandes en poder, la promiscuidad o el alcoholismo) el consejo de los primeros sabios pasa por la mesura.
        Demócrito en el siglo V a.C. ya decía que: "Quien trata de ser feliz no debe ocuparse de muchos asuntos, ni en lo público ni en lo privado, ni elegir actividades que excedan su propia capacidad y su naturaleza, sino tener la suficiente precaución como para, en caso de que la suerte se le ponga cara y esté llevando, en su opinión, demasiado lejos, renunciar y no tratar de llegar más allá de sus posibilidades, pues es cosa más segura una empresa mesurada que una gran empresa".
        Platón (427-347 a.C) también advirtió de que quien tiene demasiado poder es como "un cuerpo agotado (...) obligado a pasar la vida en certámenes y luchas con otros sujetos", esto quiere decir que con el poder, no se puede alcanzar la felicidad, nos encontramos en una situación de lucha continua.
        Aristóteles cristalizó esta idea y nos ayuda a ver que los bienes materiales, ni la fama y el honor, ni el placer, nos dan la felicidad. Por contra, "las que determinan la felicidad son las actividades". Es lo que hacemos, y no muestras adquisiciones, lo que nos aporta nuestra dicha o la ausencia de ella.
        Después de Aristóteles surgió la filosofía helenista  así como unas nuevas corrientes, que se ciñeron al tema de la Ética, siendo el problema más importante: "¿En que consiste la verdadera felicidad y cómo la podemos conseguir?" este tema lo trataron Los Cínicos (la felicidad se encuentra en el sufrimiento), Los Estoicos (La felicidad se encuentra cuando una persona no se deja llevar por sus sentimientos) y por último Los Epicúreos.(para mí el ejemplo a seguir, en cierto modo, por eso "me centro" en él dentro de esta filosofía helenista)
        Epicúreo (341-270 a.C,) propone toda una estrategia para ser feliz, la cual, puede resumirse en esta frase "El gozo es el principio y el fin de una vida dichosa". Aunque los Epicúreos se asocie con los placeres del cuerpo por sentencias como "principio y fin de todo bien es el placer del vientre", su filosofía iba más allá de las satisfacciones carnales y recomendaban, como pasaporte hacía la felicidad, la vida sencilla, la amistad, la libertad y la reflexión. Respecto al tema de la muerte, para llevar una vida feliz, debemos superar ese miedo a la muerte, pues como dijo Epicúreo "La muerte no nos concierne, pues, mientras existimos, la muerte no está presente. Y cuando llega la muerte nosotros ya no existimos". Después de Epicúreo, muchos evolucionan en dirección a una obsesión por el placer, cuya consigna es "vive el momento"
        Se ha recorrido, en un momento, unos 2 siglos de sabiduría de forma resumida, y a la única conclusión que se ha podido llegar, es que a lo que parece un concepto simple (o complejo) como lo es La Felicidad, han surgido 7 concepciones diferentes sobre este, pues bien seguiremos haciendo más adelante esa búsqueda de la felicidad.

        "Nunca ha estado del todo claro si el secreto de la felicidad consiste en no ser completamente imbécil o en serlo" (Fernando Savater)